lunes, 30 de julio de 2012

El único geardo que conozco



Solo conozo a un geardo comme il faut. Él lo era mucho antes de que conociese esa palabra. Nosotros, que usábamos material diseñado veinte años atrás -y manejando información más de un lustro desfasada- nos reíamos de sus imaginativas equipaciones. Porque venía al campo con un extraño webbing CADPAT (bueno, todo lo CADPAT tiene algo extraño) sobre una exótica camisa de algún camo comercial y aparentemente, el más ajado pantalón del ET que pudo encontrar. Así cada evento en el que coincidíamos, cada vez con material aparentemente inconexo a mis ojos. Vaya panchito, pensaba.  Valiente reinterpretación del chandalerismo en el que nadan sus primeras brazadas la mayoría de los airsofters, hasta que -maldita la hora, apunto hoy- se les ilumina la bombilla y dedicen que hay que ir más de verdad. Más como va la peña que controla.

Este recalcitrante outsider que parecía resistirse a la evolución no contaba además con la mejor planta para subir de categoría. Su afeitado y corte de pelo descuidado, caminar lánguido, casi encorvado y aire definitivamente despreocupado le confería un aire de niño grande, independiente, que las convenciones no iban con él. Pueden ustedes imaginarse la llamativa antítesis que formulaba su sola presencia para aquellos que como nosotros teníamos la recreación como dogma y el desfilar marcando el paso como tendencia.

Hace también ya tiempo que vi un día que el panchito era yo, que por llevar la boina granate (ya saben, el honor del Regimiento y toda la vaina) me caían las hostias que él, por usar algún tipo de ridícula, nada fashion y todavía menos issued  prenda, esquivaba.

También hace ya mucho que está en mi top 5 de las personas más interesantes que esta mierda de las pistolitas me ha dado la suerte de conocer. Su criterio, consecuente desconfianza hacia los seguidismos, esa curiosidad por ver, probar y estudiar, ese realismo pragmático son realmente inspiradores. Think out of the box, que dicen tanto los que tiene verdadero interés por adaptarse y mejorar. 


Resulta sumamente gratificante el construírse tu kit, específico para una situación o no, probar un conjunto o un elemento individual. Buscar una solución para un problema que probablemente ni habías advertido, pero te hace la vida más fácil. Mirar ese producto nuevo que quizás sea la bomba, más probablemente un bluff, quizás una anécdota. Conocer ese fascinante piece-of-kit de origen inesperado y más años que tú. 

Como toda buena investigación, cada puerta que abres no te lleva al final del pasillo ni a ningún Santo Grial, sino a dos puertas más.

No es sencillo. Tiene poco que ver con lo de las pistolitas, e incluso choca con un porcentaje significativo de la afición, el de ir molón. Los que venimos por las vías paralelas de la afición militar y el deporte solemos sufrir ese shock: es genial tener un black kit, pero meterte con él a patear monte es ridículo. Porque todos sabemos que para pegarse de tiros en una escombrera o un pinar, lo mejor es una bandolera con fastmags, un mono de camo y unas bambas. Lo demás ya es buscar otras cosas.

1 comentario:

  1. Cuánta razón tienes. Y cuánto me alegro que vuelvas con el blog (hacía tiempo que no me pasaba).

    Por cierto...¿durruti? jajaja.

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