miércoles, 18 de enero de 2012

El tocino, la velocidad y la relatividad general



Acaba de pasarse por casa el técnico para reparar el frigorífico, que estaba más en el otro barrio que en éste. Posa sus cajas de herramientas en el suelo de la cocina y echa mano de las que va necesitando mientras le doy palique. Que si el termostato, que no rula, que se apaga y al rato hay que volver a encenderlo. Que sí, que aparcar por el centro a estas horas es jodido pero tranqui, que la grúa no la conduce Flash.

En estas que para ayudarse en ver el interior de la nevera saca una linterna cilíndrica, de las de bombilla en un extremo, y se la mete en la boca a la vez que asoma la cabeza al interior.

Ahí flipo. Como cuando alguien te pregunta si le puedes pasar ese documento en un disket, si le compensará ir a Suíza en taxi junto con otros tres de la aldea, si acaso no va finísimo con los mocasines de faux serpiente del Merkal Calzados, si cautivará a sus invitados dando el banquete en el Restaurante O'Toxiño, bodas y comuniones, marisco hasta reventar y cubalibres de Dyc. El tiempo no pasa igual para todo. Einstein tenía razón.

Esto es oldschool del bueno, como al que ves con una linterna de codo de cuando Vietnam (esto lo utilizábamos los guerrilleros de mi promoción, tío, I know what I say) enganchada en el CIRAS multicam chino. Si las linternas frontales salen hasta en la tele, y cuando algo sale en la tele hace mucho que no es nuevo.  La Petzl, la llamamos por concepto aunque sea de otra marca, que tanta vida nos ha dado trabajando en la oscuridad: ella mira donde tú mires, no pesa nadiña y es bondadosa con esas manos que Dios te ha dado, devolviéndotelas.

Desde luego no es una invención militar (género universalmente conocido por la eficacia y dinamismo en sus innovaciones) y sólo una adaptación de los chicos más instruídos y espabilidados de algo más visto que el tebeo en algunas actividades outdoor. O inmine, que no deja de ser una luz de minero tuneada.

Poco más de veinte minutos le llevó al hombre solventar la avería, de modo que siendo francos el no disponer de una luz frontal tampoco le impidió hacer el trabajo. Pero si el fulano tuviese que subir y bajar montañas, lo haría con botas de cuero, negras, altas y rígidas. Con clavos quizás, que son duras. Qué digo, con botas de trabajo! No importa que pesen dos kilos, son muy duras! Como en 1985. Despierta, McFly. 

1 comentario:

  1. Cheers,

    Hoy he vuelto temprano de la ofi y me he puesto al día (era una "tarea" que tenia pendiente) con el contenido de su blog.

    Enhorabuena, me sigue gustando mucho.

    JAGS (El My Weapon de Seville)

    Spaniard Airsoft with British Spirit

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