sábado, 14 de enero de 2012

"Acaso queréis vivir por siempre, sinvergüenzas"?



"Ay... que este año nuevo nos traiga menos inmortales" decía una postal navideña. La peña ponía cosa parecida como firmas en los foros, como estado en el messenger, cosas así. Era hace años, todo eran lamentos. Ahora debe estar démodée.

Nunca me pareció algo muy importante, pero llegó a ser una obsesión universal que si bien puede haber flojeado en la gran galería, seguro que vive en algún grupúsculo. Mi opinión es sencilla: si le puedes dar una vez, aunque no muera, seguro que le puedes arrear otra. La reincidencia consecutiva es rara. Y quejarse de ello es de matados, aunque es contagioso y abunda en eventos de magnitud.

Sí, puede valer si tienes el lujo de contar con otra oportunidad, si puedes dejar que te maten por eso, volver corriendo del respawn y acabar, ahora sí, con él. En otras situaciones es diferente. Por eso hay que mirar mucho si compensa liarse a tiros cuando quizás haya cosas más provechosas que hacer.

Más de una vez me habrán tomado a mí por inmortal. Y seguro que lo he sido: después de pegarle un tiro a un relajado fulano en el brazo desnudo a diez metros sin que mostrase reacción, me lo creo todo. He comentado algo al hilo de lo que me pasó con el M14 - disparos impactados sin consecuencia que se explican mucho mejor por no enterarse que por intención de trampear.

Hace nada, una inútil chiquilla se puso como loca a disparar contra los helechos entre los que había asomado fugazmente mi cabeza. Mientras me revuelvo para rodearla se escucha escupir su réplica mientras grita "tendrá jeta y no morirá!". Disparando hacia donde ya no estaba. Y llamándome tramposo delante de todo el mundo, al lado de la zona de muertos, la tonta del culo. Segundos después aparezco por detrás para darle un correctivo. Querida, tal vez me hubieses dado si apuntases en mi dirección hacia mí. Quizá, repito.

Lo siguiente tiene cierta solera pero resulta un caso curiosísimo. Otro pobre hombre lanzó una furiosa ráfaga contra el denso zarzal tras el cual me escabullía, más o menos como la anterior. Él vería mi silueta entrecortada entre la maleza y en su cabeza figuró imposible el que ninguna bola traspasase ese muro. Se enfadó airadamente, "si él no muere, yo tampoco". No me sienta del todo bien, aunque sea una boutade de un infeliz. Porque aunque sea un pobre gilipollas, tiene alguna razón en sospechar: coño, ha soltado medio hicap. Igual alguna... aunque sea por saturación de aire-bolas-ramas. Juraría que no. Bueno, realmente es que no.

El mismo día, en un episodio que no me explico, pillo a este tipo por la espalda, a tiro de piedra. Él está con la rodilla a tierra, sin enterarse que estoy ahí, pensando si decirle "bang" o tirar de pistola. Como siempre resulta mejor disparar, le descerrojo un tiro en la espalda, a poco más de la distancia decente para dispararle a alguien.

Se hace el silencio después del solitario tiro de pistola de gas. Él sigue ahí, mirando a la espesura del bosque mientras continúo con el brazo extendido. Si hubiesen sacado una foto, parecería la escena de una ejecución soviética. Pasan un par de segundos y vuelvo a apretar el gatillo. Es básicamente imposible. Su espalda no está protegida más que por una camisa y me he podido comunicar antes con él hablando, por lo que deduzco que su capacidad auditiva debe ser suficiente.

Una ráfaga desde detrás me arranca de mis pensamientos: un compañero de mi equipo lo fríe desde media distancia. Ha debido flipar. El triplemente muerto se levanta para volver al respawn lleno de serenidad. No sé por qué demonios diez bolas desde lejos le resultan más llamativas que dos disparos a bocajarro.

Todavía no me lo explico.

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