viernes, 9 de diciembre de 2011
Podría acertarte, pero necesitaría disparar bien.
Una de las prácticas más extrañas y vomitivas que he visto practicadas por esa especie peculiar de jugador ventajista-dadivoso es la del "poste igual a gol".
Permítanme explicar este tonto símil futbolero. Imagínense que en balompié para anotar un punto no vale solo si metes el balón al fondo de la red: también si pega en el palo, o que lo roce.
Según esto que me han intentado hacer en alguna ocasión, si la oportunidad de acertarte es clara (según su óptica tramposa o samaritana), especialmente en el jeto, vale con lanzarte una ráfaga por arriba, por debajo o un lado. Vamos, premiar el fallo sobre el acierto. El que en su delirio o mezquindad plantea eso en su cabecita tiene un bonito trasfondo psicológico, con una conclusión que podría ser que lo natural es errar, que acercarse al acierto es difícil, que manifiestas incapacidad para manejar tu herramienta con precisión y seguridad y principalmente que te importa una puta mierda el valor deportivo de tratar con justicia al oponente.
Me viene a la cabeza un episodio parecido. Salgo corriendo de un edificio a otro. A mi izquierda sale un paisano al que no había visto, dispara contra mí una nube de bolas desde un M203 con M16 debajo. Dan en el suelo, cerca de mis pies. En el proceso mi M14 suelta tres, quizás cuatro tiros desde la cadera, en semi, sin apuntar.
Grita alzando los brazos: "eh, tío!" y me detengo. "que te tiro la granada para no darte y tú encima me rafagueas la cara"
Atención a todos los datos. Puede darme muy fácimente con algo que tiene poquísimas posibilidades de hacerme ningún daño pero prefiere, siendo benévolos, tirarme a los pies y dar a entender que podría hacerlo al cuerpo. Cabía dispararme con el fusil? Quizá, pero hubiese tenido que apuntar y eso, amigo, no está al alcance de todos. Se sentía más seguro (o simplemente: le molaba más) haciéndolo con algo que por sus huevos toreros emite un arco de muerte de 180º .
En el lapso, le acierto a la carrera, disparando en lateral desde la cadera y más de una vez. Lástima de arrearle in the face, mas poética justicia para semejante cretino.
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