Sí, para el rock and roll.
Ninguno sabemos muy bien qué es eso de la simulación militar, y menos aún se atrevería a diferenciarla del airsoft "no-milsim".
Personalmente formo la opinión que se trata de dos actividades diferentes: el airsoft es lo que ocurre cuando juntas a gente con réplicas de airsoft, gafas y bolas. Si estos elementos no están presentes, no hay airsoft. Simulación militar es plantear escenarios realistas de combate simulado en los que entre otras muchas herramientas, se emplean réplicas de airsoft. Pero un evento donde no hubiese réplicas seguiría siendo milsim. Aunque ése es otro tema.
Un mantra que se suele repetir mucho (por eso es un mantra, porque se recita en bucle sin pensar demasiado en qué carallo significa) es ése de
Personalmente formo la opinión que se trata de dos actividades diferentes: el airsoft es lo que ocurre cuando juntas a gente con réplicas de airsoft, gafas y bolas. Si estos elementos no están presentes, no hay airsoft. Simulación militar es plantear escenarios realistas de combate simulado en los que entre otras muchas herramientas, se emplean réplicas de airsoft. Pero un evento donde no hubiese réplicas seguiría siendo milsim. Aunque ése es otro tema.
Un mantra que se suele repetir mucho (por eso es un mantra, porque se recita en bucle sin pensar demasiado en qué carallo significa) es ése de
Palabras en mármol (número indefinido)
Definición universal de milsim.
"Lo importante es la actitud, el compromiso. Estar dispuesto a llevar a cabo la misión que te encomienden en cualquier circunstancia"
Como principio no está mal, aunque también podría aplicarse a equipos de airsoft "lúdico" (misterioso término que se contrapone al... no lúdico?) especialmente motivados para salir en estampida, morir a los 30 segundos, volver todos al respawn y comenzar otra vez, en bucle.
Lo interesante y turbador del milsim es que tomando la base de que se emula algo de naturaleza caótica como es la guerra, cualquier situación posible es aceptable por realista. Por tanto, es igual de milsim el pasarse una semana en un agujero comiendo gominolas como que 50 tíos asalten a tiro limpio y sin más prolegómeno una nave industrial ocupada por otros tantos fulanos. Que te guste o no, que quisieras participar en una obra de teatro, es otra cosa. Se ofrece realismo a mentes receptivas.
Porque lo esencial no es intentar hacerlo, sino hacerlo convencido, ése parece ser el resumen del mantra.
Es muy admirable que entusiastas amateurs continúen el juego bajo espantosas condiciones meteorológicas, mantengan una rígida disciplina y sigan las órdenes de mandos también aficionados en eventos diseñados por, adivínenlo...aficionados! y en definitiva, hagan ese juego mental de inmersión que se llama meterse en el papel.
Naturalmente es igual de comprensible que esos mismos se comporten de la manera más abyecta y mezquina si las cosas se tuercen, por mucho que ellos digan que son muy milsim.
Pero por mucha actitud que tengas ésta no te ayudará cuando te averguences de que la última vez que corriste más de 100 metros seguidos fue en el colegio, o que tras marchar algunos kilómetros por el campo seas un exhausto e irrecuperable cero a la izquierda, pero involucrado como el que más.
La actitud no te dice qué hacer cuando tienes que manejar un fuego artillería sobre un mapa, ni ayuda demasiado a montar algo remotamente parecido a una base cuando se trate de ir más allá de poner a un centinela en cada esquina.
Tampoco la actitud, o los cojones como se diría en la tradición militar española, construyen un equipamiento personal adecuado.
Lo interesante y turbador del milsim es que tomando la base de que se emula algo de naturaleza caótica como es la guerra, cualquier situación posible es aceptable por realista. Por tanto, es igual de milsim el pasarse una semana en un agujero comiendo gominolas como que 50 tíos asalten a tiro limpio y sin más prolegómeno una nave industrial ocupada por otros tantos fulanos. Que te guste o no, que quisieras participar en una obra de teatro, es otra cosa. Se ofrece realismo a mentes receptivas.
Porque lo esencial no es intentar hacerlo, sino hacerlo convencido, ése parece ser el resumen del mantra.
Es muy admirable que entusiastas amateurs continúen el juego bajo espantosas condiciones meteorológicas, mantengan una rígida disciplina y sigan las órdenes de mandos también aficionados en eventos diseñados por, adivínenlo...aficionados! y en definitiva, hagan ese juego mental de inmersión que se llama meterse en el papel.
Naturalmente es igual de comprensible que esos mismos se comporten de la manera más abyecta y mezquina si las cosas se tuercen, por mucho que ellos digan que son muy milsim.
Pero por mucha actitud que tengas ésta no te ayudará cuando te averguences de que la última vez que corriste más de 100 metros seguidos fue en el colegio, o que tras marchar algunos kilómetros por el campo seas un exhausto e irrecuperable cero a la izquierda, pero involucrado como el que más.
La actitud no te dice qué hacer cuando tienes que manejar un fuego artillería sobre un mapa, ni ayuda demasiado a montar algo remotamente parecido a una base cuando se trate de ir más allá de poner a un centinela en cada esquina.
Tampoco la actitud, o los cojones como se diría en la tradición militar española, construyen un equipamiento personal adecuado.
Tal vez la diferencia sea que el airsoft va sobre disparle al otro sin que éste te acierte, mientras que la simulación militar además de esa habilidad básica requiere una concienzuda y amplia preparación para asumir un amplio abanico de contingencias.
Pero si le ahondamos en el argumento y le pasamos el infalible tamiz Stirling de "todo lo que pase será realista" entonces hasta el más inútil desharrapado tendría sus 15 segundos de milsim hasta en la pachanga más vulgar. Y posiblemente sea así.
Lo único que me atrevería a asegurar es que poco importa el transfondo o el carácter del juego en el que estés inmerso. Cuando sucede algo realmente "milsim" te cala hasta los huesos, y dirás que en ese momento sentías que todo tenía sentido y era perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario