Leo en el imprescindible blog Forgotten Weapons una llamativa historia a su vez extraída del libro Guns on the Early Frontiers que para que ustedes intuyan por donde van los tiros, titula "luchar con justicia es luchar estúpidamente":
En 1576 el Capitán Solís, comandante de la guarnición de San Felipe, en las cercanías de lo que fue el Port Royal de los hugonotes franceses, ejecutó dos indios, uno de ellos jefe. Del mismo modo Solís había exigido que la vecina Cusabo aportase a la guarnición una cantidad de maíz y otras provisiones.
Como la comida no les fue proporcionada con prontitud, el Capitán envió a Moyano y veindidós soldados al poblado indio para apoderarse del maíz. Cuando el grupo se aproximó a uno de los asentamientos, algunos nativos salieron a su paso. Les explicaron que la mecha que lentamente ardía en sus armas estaba aterrorizando a sus mujeres e hijos, e indicaron que cooperarían con ellos si los soldados apagaban esas mechas. Moyano satisfizo su petición, para que acto seguidos los indios matasen a todos los españoles salvo a uno y llevasen sus arcabuces capturados hacia Cusabo.
Por qué el bueno de Moyano y sus infortunados cayeron de esta forma tan panchita? Podríamos sintentizarlo por un exceso de confianza en sus superiores armas y entrenamiento, un menosprecio del enemigo (o peor, una no-identificación del enemigo!) y posiblemente una propensión a evitar el conflicto más que a imponer la propia voluntad.
Aquí los espabilados fueron los indios, que aprovecharon el buenismo y falta de determinación de una fuerza muy superior para así desarmarlos, acabar con ellos, preservar los recursos que les iban a ser sustraídos y de paso, acceder a armas de fuego que de otro modo les serían de muy difícil acceso.
Esta panchitada histórica me ha recordado un simpático episodio durante una pequeña partida protagonizado por un colega de equipo. Éste había visto como su rifle se volvia loco y quedaba inutilizado, y pensando en qué hacer estaba él solo merodeando entre entre el respawn y la bandera que el equipo enemigo debía capturar. Por el motivo que sea, se encuentra conque él es el único defensor cuando aparecen tres jugadores contrarios confiados ante la visión de una bandera solitaria y un señor con las manos en la espalda en actitud contemplativa.
Estás muerto?, le preguntan. Él a su bola, paseando sin mostrarles la espalda donde ya hace rato que quitó el seguro a su pistola. No responde. Insisten. Se van acercando hasta que nuestro protagonista les descerroja varios tiros.
El pique, claro, es monumental y se incrementa cuando finaliza el juego. Me acerco a comentarles la jugada pero no acaban muy convencidos ("no me parece bien, pero déjalo, ya")... así que el chico acaba después de la partida bastante demonizado por su acción a la que le ponen todo tipo de adjetivos no muy positivos. Hasta lo banean de ese campo.
Yo le comenté que ese tipo de jugadas pueden hacerse en eventos más serios donde la gente sabe que puede exponerse a cosas más complicadas que el identificar uniforme que no es el mío + apuntándome = enemigo y toda variable no =enemigo pero que el resultado era previsible con el público del airsoft menos acostumbrado a complejidades.
Porque lógicamente, te quedas con la misma cara de tonto que Moyano cuando ve que el indio le salta encima con malísima intención y tú has apagado la mecha del arcabuz porque él te lo ha pedido.
Y eso no puede molar a nadie.